jueves, 8 de junio de 2017

3ro 5ta. trabajos prácticos. segundo trimestre


TRABAJO PRÁCTICO N° 11: 'La hormiga' de Marco Denevi, 'La rana que quería ser una rana auténtica' de Augusto Monterroso y 'El extraño fútbol de los Mayas' de Luis Gruss. 7 de Junio de 2mil17.
Eppur si muove/ Y, sin embargo, se mueve
Galileo Galilei



Juana de Arco

Rodolfo Walsh

Casandra












1) Lectura colectiva en voz alta. Análisis comentarios. Tratamos de encontrar hilos conductores entre los tres relatos. Entre las posibilidades que ofrecen los textos hallamos interesante pensar sobre los comportamientos sociales, las costumbres humanas, los miedos a lo nuevo y lo distinto.

2) Componé un texto en 20 líneas que verse sobre "Vivir en sociedad: 3 ejemplos de ficción" en el que puedas volcar reflexiones sobre el abordaje que compartimos colectivamente en clase.

3) Buscá ejemplos de la Historia de la Humanidad en los que 'ser distinto' haya tenido implicancias relevantes y acaso irreversibles para sus protagonistas, un ejemplo podría ser Sócrates bebiéndose la cicuta de su orgullo y compromiso intelectual. Transcribílos como lista y luego de tu investigación, redactá un texto de una carilla en el que reflexiones sobre estos personajes.
Sócrates

4) Elegí uno de los tres textos trabajados en clase y escribí su continuación o segunda parte en 10 líneas.

5) Texto autobiográfico: pensá en algún personaje que te haya sido cercano en algún momento de tu vida, en una de estas personalidades ajenas a lo común que desentonan con su entorno. Dedicále sin necesidad de dar nombres reales 10 líneas de reflexión.


Milagro Sala

Copérnico

Che

























Yapa: Cancioncita para escuchar de fondo
https://www.youtube.com/watch?v=mw0LJMYcAcI
ENTREGA: 14 DE JUNIO DE 2MIL17.-

sábado, 3 de junio de 2017

trabajos de 2do 4ta y 1ro 5ta. Industria y ficción.-

Alrededor del Proyecto 'Industria ficción', los alumnos de 2do 4ta estuvieron vaiveneando alrededor de la consigna 'Viaje al interior de una máquina', inspirados por el célebre 'Viaje al centro de la Tierra' de Julio Verne:

Texto de Cristian Sotera




   Vi una máquina gigante, desde afuera tenía formas cuadradas, el tamaño de una casa enorme. Aparecían luces por fuera. Decidí entrar. Tenía mucha curiosidad por saber qué había adentro. Al hacerlo, me sorprendí al ver lo que había: dos pinzas gigantes, como brazos moviéndose sin sentidos, máquinas robóticas bailando, ventanas de acero que se abrían y cerraban solas, risas sin saber su porvenir, llantos de cerdo como si estuvieran muriendo. Se sentía un olor repugnante como si una comida hubiera estado fuera de la heladera tres meses. Podía ver cómo, de esas paredes de hierro salían almas pidiendo ayuda, un niño muerto en el piso, luces muy luminosas, que te cegaban, basura por todos lados, ventiladores volando...

CONTINUARÁ
Texto de Brian Chalco

   Agujereadora, hacer huecos en metal, madera, plástico, etc...
Máquina que piensas que está viva cuando la encienden, una obra hecha por el hombre, así que no se espera nada de aquello.
somos un ser perverso que sólo quiere crear cosas inimaginables.
Mutaciones, enfermedades nuevas cada año, máquinas destructibles...



   Máquinas de industria, máquinas para hacer juguetes, máquinas blindadas, máquinas para escritura, máquinas para hacer autos, la máquina de Inglaterra -Big Ben-, muchas, demasiadas...
Pero no estamos yendo a lo más importante, 
sentirse adentro de una máquina
te torcerías por dentro por cómo se mueve
¡cómo funciona en su interior!
sentirse sobrecalentado y dejar de funcionar
¿cómo se sentiría apagarse?¿y saber que sólo te prenden para su conveniencia?

'Virus' de Nicolás Reyna



   Una vez entré a una computadora y vi telarañas, tarántulas gigantes, ratas por todas partes. Estaba muy asustado pero decidido a llegar al corazón de la máquina. Recorrí lagos, bosques embrujados. Me encontré toda clase de criaturas mitológicas hasta que por fin llegué al corazón de la computadora. Sólo me faltaba pasar un río de sirenas, pero no de las buenas, de las que te engañaban para que te acercaras a ellas, y te llevaban al fondo del río para ahogarte, para después comerte. No me iba a rendir tan fácil después de todo, así que agarré mis cosas y me subí al bote. Tenía mucho miedo, estaba todo oscuro. Mi única iluminación era mi farol. De repente pasan sirenas y empiezan a rodear mi bote, enotonces agarro un cuchillo para ahuyentarlas hasta que una sale del agua y se apoya en mi bote, entonces voy, le doy un cuchillazo, la mato.
Después de pasar por todo esto, llego al corazón y subo la palanca para encender la computadora y sacar lo embrujado.

'Viaje al corazón de la máquina' por Valentín González




   Estaba pasando por el lado más filoso de la máquina, la sierra yendo de un lado para el otro. El motor se escuchaba desde muy lejos, era como un corazón bombeando tuc tuc tuc y cada vez más fuerte. Estaba yendo por un lado que no conocía, por donde veía había tornillos, por todos lados caminaba y veía unas cosas con puntas muy finas y filosas, pasaba rápido, de repente escuché algo, otro motor.
   Entonces esta máquina ha de tener dos corazones y muchas sierras. Seguí caminando, había tuercas y engranajes, desde el lado de afuera un botón que activaba la máquina, un cable que se conectaba desde un enchufe, también un hierro largo que agujereaba la pared de lado a lado.
Cuando me fui hasta la otra punta para ver su mecanismo desde adentro había algo que giraba, que no sabría cómo describir. Giraba con tanta velocidad que podía asegurar que esa cosa era capaz de agujerear los hierros más duros de la tierra. Después de todo ese recorrido no sabía cómo llamar a la máquina.
   Qué hago adentro de esta máquina, cómo llegué acá, qué estoy buscando, he llegado aquí hace 50 años yhace 50 años que estoy buscando a mi hermano. Él me había dicho que había encontrado un libro, un libro que lo llevaba a una gran aventura, a un mundo desconocido, nunca antes visto ni escuchado. Yo me reí de él pero después de varios meses desapareció. Lo busqué sin encontrarlo. Después de tanto buscarlo decidí comprar ese libro que mi hermano me había mencionado. Cuando lo compré empecé a leerlo, hablaba de cosas nunca vistas. Fui a hacer el recorrido que el libro me decía. Cuando llegué al destino final algo me golpeó. Desperté, sin saber dónde estaba. Era un lugar raro, muy extraño, tal como el libro decía, era un mundo maravilloso. Como les dije antes había muchos tornillos y sierras. Ahora una vez dentro de esta máquina o mundo, voy a buscar a mi hermano. Llevo más de 50 años buscándolo y la esperanza de encontrarlo se va. Estoy siguiendo el mapa y coordenadas del libro pero sólo doy vueltas. Estoy cansado, ya no sé si buscarlo o buscar la salida. Cada vez más rara es esta máquina. Me he cruzado con cosas raras, un tornillo y tuercas con vida. Yo me escondo en huecos, rincones o cualquier lugar que me sirva de escondite, porque no sé que podrían hacerme las máquinas y tampoco sé si es que mi hermano está muerto.

'El horno industrial' de Leonel Ávila

   Al fin logré entrar, hacía demasiado calor pero de repente se volvía frío. El lugar era tranquilo, se escuchaban ruidos metalizados, caminé por todas partes, al ver el final de cada pasillo que me rodeaba se veía naranja, como si hubiera lava en el suelo. Pero al llegar hasta ahí, caminando, sólo eran reflejos de luz, que quién sabe de dónde salían. Caminé y caminé. Sólo fui adónde mi conciencia me llevaba. Todos los pasillos eran iguales hasta que encontré uno lleno de tubo blancos que se dirigían a una única puerta que emanaba un brillo azul desde sus bordes.



'Máquina de gaseosa' por Sofía López




   Hace años me encuentro adentro de una máquina, tiene varias gaseosas de todo tipo, de distintas formas y colores.
   Veía cómo la gente colocaba monedas de todo valor. Ya conocía todo afuera: cómo pasaban y se iban con su botella favorita. Pero, ¿cómo sería el interior? Más allá de que por dentro tenga miles de tornillos y marcas de una soldadora que pasó por ahí, me refiero a su corazón, a eso que hacía funcionar a la máquina, a lo que la hacía seguir adelante. ¿Serían las monedas?¿o el chico que pasa a llevárselas cada tanto?
   Tengo que averiguarlo, no va a ser fácil, es una máquina enorme, pero qué más da, pasé años ahí adentro, ¿me voy a quedar con la duda hasta que me muera? Definitivamente no.
Primero empecé viendo por la ventanilla por la que se llevan las botellas, y no, no era ése su corazón.
   Después me fui por las monedas, imaginé '¿Será ese su corazón? Nah'.
Y, por último, ya pensando que tal vez era la tercera y la vencida, pensé: '¿Será que su corazón no es un pedazo de lata y tampoco algunos fierritos raros de por ahí adentro?'.
   Empecé con mi propia teoría de que no era nada de eso sino las propias botellas, porque son ellas las que le dan el uso a la máquina y entonces la máquina funciona. Sí, es eso, si no no serían una máquina de gaseaosas.

miércoles, 31 de mayo de 2017

trabajos de 3ro 5ta


Los estudiantes de 3ro 5ta leyeron 'La aventura de un aotomovilista' de Ítalo Calvino: X vive en A, acaba de pelear con su novia, Y, que vive en B. Se sube a su auto a buscarla. Todo el cuento es el recorrido por los pensamientos potenciales de X, que teme que Y se vaya con Z, quien está profundamente perdido por su chica.
Nuestra escritura se focalizó en los problemas de 'X', imaginando el encuentro con 'Y'.

Texto de José Hinojosa




X decide volver a A ya que no recibió respuesta alguna cuando llamó al teléfono de Y, tuvo entonces la sensación de que Y estaba en camino hacia la ciudad en la que él vivía. Aceleró la velocidad para llegar cuanto antes a encontrarse con Y, mientras pensaba alguna forma de solucionar sus diferencias. Quería volver a la normalidad de su relación. Pasaron diez minutos desde que X dio la vuelta para llegar a A hasta que realmente lo hizo. Lo primero que vio fue el auto de Y, aparcó el coche lo más rápido posible sin notar que lo hacía en un espacio reservado para minusválidos. 
Salió de su coche. Corrió en dirección a su apartamento. Subió las escaleras y vio a Y, sentada en un escalón frente a su puerta. Ella lo vio llegar, y, sin decir palabra, se acercó hasta abrazarlo. No fue sólo un abrazo, fue una disculpa expresada en esa acción.
X se sorprendió bastante. Le agradó demasiado saber que Y lo amaba a pesar de la fuerte discusión que habían tenido, una discusión que provocó una pelea absurda, un asunto que ahora ya no tenía importancia.






Leímos también el cuento de Julio Cortázar 'El tesoro de la Juventud', a partir de él comenzamos a devanear relatos en reversa, invertimos historias de aspectos bien variados de la historia humana.

'Nuevos horizontes' por Matías Alí




En el pasado se buscó conquistar nuevos territorios en el espacio exterior, enviando naves espaciales a otros planetas como Marte, un planeta que cuenta con los recursos necesarios para ser habitado por la raza humana. Se llevaron a cabo varios proyectos para poblarlo. Sin embargo, el hombre notó que sería muy difícil tarea lograrlo. Entonces la humanidad probó con llegar a la Luna. Se puso en marcha, tras varias pruebas, el proyecto de alunizar. El alunizaje fue un éxito. Generó confianza al género humano la hazaña lunar, se decidió entonces explorar nuevos horizontes en el planeta Tierra. Se construyeron barcos, es decir, naves para transportarnos por agua que marchaban a altamar. La búsqueda fue un éxito aún mayor, hallamos territorios muy amplios y enriquecidos por minerales y tierras fértiles para la cosecha. A estas tierras se las denominó 'América', territorio que ocupa gran parte de nuestro planeta, en el que se sitúa una de las más grandes potencias mundiales...




  'El Teléfono Perfecto' por Nahuel Riveros



Hoy pensé en modernizar mi celular, ya no me gusta el teléfono táctil que tengo. Hace unas semanas salió uno que me encantó, tiene el teclado en la parte inferior, igual a uno de computadora, a diferencia del anterior éste tiene el teclado con botones. Al tenerlo conmigo, me di cuenta de que no es de mi estilo, un celular así de grande y frágil no me convence. Entonces opté por otro mucho más chico, que en donde tenía los números, también tenía  las letras. Al pasar los días me di cuenta de que era demasiado chico y que lo podía perder. Compré uno enorme, sé que dije que no me gustaban los celulares así pero éste tenía bastante resistencia, y, tengo que admitirlo, era muy incómodo. Llegó un punto en el que me decidí por un teléfono fijo, para no perderlo en la calle. Descubrí que sí podía perderlo en mi casa. Compré uno mucho más grande, era, literal, un mueble con sonido. Para ahorrar más lo vendí y me compré unos metros de hilo y varias latas.



'Industria automovilística' por Juan Manuel Di Dio




Al día de hoy cada vez hay menos trabajadores en las fábricas. La tecnología es la causa. Con la cantidad y variedad de máquinas que existen casi no es necesario el trabajo del hombre. Las máquinas lo hacen por sí solas. Cada año hay miles de autos con más tecnología: desde autos que se manejan solos hasta otros que llegan a los 300 km/h en cuestión de segundos. Pocos años atrás los autos no tenían levantavidrios electrónicos. Los autos van perdiendo cada vez más la mecánica que es reemplazada por la electrónica. Algunos años atrás, no tenían cierre de seguridad a través de control. Los autos viejos eran más resistentes, tal vez más feos en aspecto pero muy buenos en calidad. La tecnología en masa puede fallar y los autos fallan muy seguido. La calidad de chapa y pintura mejoró, antes cuando se salía la pintura se oxidaban, eso ya no pasa. Hoy hay autos que ni siquiera necesitan que se les ponga una llave para encenderlos. 
Tuve todo tipo de autos, nuevos y viejos, tuve un Porsche, un Renault de los de antes y al fin lo prefiero. El viejo Renault puede ser feo pero para mí es un fierro.

jueves, 25 de mayo de 2017

trabajos de 1ro 5ta

En el marco de la lectura y la escritura de industria-ficción en la que la ET 25 se encuentra trabajando desde 2016 con la conducción del Profesor Pedro Nazar, en 1ro 5ta anduvimos viajando hacia distintos tiempos cuyo eje común es uno, la industria. Sobre ellos escribimos.

www.industriaficcion.com

'Nibux' por Víctor Vera



El 18 de mayo de 2077, nace Nibux, un robot creado por el famoso científico Víctor Vera. Nibux es el robot más organizado de su época, pero hay un secreto aterrorizante detrás. Lo que pasó con NIbux fue un error grave de su creador, en vez de ponerle un interruptor de 'good', agarró uno totalmenete distinto, el interruptor de 'evil', y convirtió así a la máquina en el error más peligroso del mundo. Ésta empezó a tener sentimientos, características idénticas a las de un ser humano, una piel gris clara, rasgos perfectos, podía levantar hasta 5 toneladas, tenía la altura media de un hombre -1.80 m-. Nibux había sido creada con el fin de ayudar en las guerras pero nadie fue consciente de que él empezaría una guerra atroz. Al ser liberado de la fábrica, fue hacia la casa de su creador para que le enseñara el lenguaje español. Al entrar al hogar del científico algo pasó extraño, comenzó a sentir ira , tomó un cuchillo y apuñaló al científico...

Continuará

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En 1ro 5ta estuvimos leyendo los cuentos de Amigos por el viento de la escritora argentina contemporánea, Liliana Bodoc. Tras cada lectura y análisis, tras los comentarios que leer colectivamente nos suscita, nos dedicamos a escribir a partir de alguna consigna muy vinculada a la estructura o al contenido del texto. He aquí los siguientes ejemplos de nuestro trabajo en el aula: 


Al leer 'El puente de arena', la historia de un soldado y un prisionero que se ven uno a otro construyendo a la par un puente entre dos castillos de arena, nos llevó a escribir los pensamientos que rondaron la mente del prisionero al momento en que comenzó su construcción.

A continuación el trabajo de Ángeles Solís:

   Me sentía libre. Me gustaba la sensación de tocar la arena húmeda con las puntas de mis dedos.
Déjenme contarles. Hace tiempo atrás, más o menos veinte años, viajábamos con mi familia en bici todos juntos. Íbamos hacia la playa mis dos hijas, Amanda y Aineri, y mi bella amada, Antonieta, cada fin de semana. Todo cambió el día que perdimos a Aineri.
   Sufrimos. Mi esposa no quiso salir más de la habitación. Amanda tampoco. Yo mismo oía cómo lloraban cada noche, las veía rezar para que la parte de nuestra familia que faltaba regresase. No funcionó. Meses después también perdí a mi esposa a  la hija que me quedaba. Una vez en plena la guerra, todo mi cuerpo se puso débil, no sentía ni mis piernas ni mis brazos. Estuve solo hasta que quedé preso. Encontré una persona que me dejó libre. Recuperé la paz al tocar ese puente de arena...
   

Juan Ignacio Ferrito sintetiza su lectura de este modo:

   Un puente tiene la capacidad de pasar sobre los obstáculos. eso mismo ocurrió con los dos protagonistas; el puente representa el final de la rivalidad entre el soldado y el prisionero, pasando por encima de y dejando atrás la guerra. Al ser de arena este 'puente' también es frágil, por lo que podría quebrarse fácilmente.
   Ambos tienen un recuerdo al construir castillos de arena, los dos hombres contaban con experiencia para llevar a cabo la actividad y obtener buenos resultados. Primero, con espíritu competitivo y después, quizás, hasta con aprecio mutuo, soldado y prisionero empiezan a construir no sólo estructuras en la playa sino también partes de su vida.
   Puede que el final de la historia sea completamente metafórico. La marea que barre la playa es alguno de los bandos de la guerra que arrasaría con cualquier cosa en su camino. El puente que avanza entre sus castillos es en realidad una amistad que floreció entre ellos. Y al estar 'a orillas de la guerra' o bien van a apreciar cómo 'baja la marea' y se lleva la guerra con ella, o llegarán a ver 'cómo sube' llevándolos a ellos por delante.-


La idea de trabajo de composición  luego de leer 'Después de los lobos' fue pensar la historia de un grupo, un colectivo, el que fuera, humano, animal, vegetal, fantástico, y, a partir de la misma ubicar un momento de quiebre, un punto en el tiempo que divida esa historia común en un antes y un después:



'Un grupo de fútbol' por Sofía López






   Este grupo de fútbol con doce niños en él tenía mucho futuro, ahí estaba Juan, de 15 años, el capitán del equipo, también Miguel, de su misma edad. Se conocían todos ellos porque eran vecinos, todos apasionados por el fútbol... bueno, no todos.

   Miguel no era de esa ciudad, se había mudado hacía poco, era de Colombia. En su país no jugaba al fútbol, esa no era su pasión, le encantaba el hockey, pero, por deseo de su madre y para no hacerla sentir mal, se unió a sus vecinos. Él no se sentía a gusto, extrañaba el hockey, pero se tenía que acostumbrar.
   A pesar de que sus vecinos eran muy buenos amigos,él siempre encontraba una excusa para no ir a la cancha: 'no me siento bien'. 'tengo fiebre', 'estoy cansado', 'mucha tarea'. Su mamá, angustiada, comienza a hablar con él. Cuando su madre le habla, el chico se quiebra y le dice que extraña mucho su país, y no sólo eso, sino, sus amigos, su familia, y, ¿qué más? jugar al hockey.
Su mamá no pudo hacer nada, sólo una cosa. Al día siguiente por la mañana, lo despierta con una sonrisa y una sorpresa. En la mesa del comedor había una carta, adentro decía 'nuevo integrante de hockey'. Lo primero que hizo Miguel fue abrazar a su madre. Al día siguiente después de la escuela volvió a casa y luego se reunió con sus vecinos, quienes ya no eran compañeros de fútbol, sino simplemente amigos.

'Inteligentes' por Nazarena González 

Van los chicos más inteligentes en grupo buscando a más personas con inteligencia en todas las materias.
La mayoría de los alumnos que los ve saben que no es fácil, nada fácil entrar en su grupo.
El grupo habló con una chica tímida, pero que sabía mucho y que tiene una inteligencia de 10. Los del grupo querían hacerla entrar, tres de ellos se negaban porque es mujer y según estos tres el grupo sólo es de chicos. A los demás integrantes ese pensamiento no les gustó nada. Así planearon hacer otro grupo: con chicas. Luego de la primera chica se sumaron cuatro más. Eso fue una gran sorpresa para los que no habían querido aceptar a la primera de ellas. Y para todos. 


La lectura de 'Antiguas cacerías' nos llevó a escribir textos que versaran sobre una amistad atravesada, en algún momento de su vida, por un cambio trascendental.

Juan Ignacio Ferrito compuso el siguiente texto:

  Sí. Sé que no tengo permitido escribirte y mucho menos sobre esto pero, vamos, ambos sabemos que no fue para nada normal todo lo que ocurrió los últimos años.
   ¿Por dónde puedo empezar? Quizá por el inicio, ¿no?
   Ya conoces nuestra pequeña historia y de verdad siento mucho haberte metido en todo esto pero espero que entiendas por todo lo que pasé hasta llegar adonde estamos ahora.
   
   Creo que tenía unos seis años cuando lo descubrí. Estaba en mi casa, jugando a 'Spider-man' con mi hermano, cuando lo sentí. Percibí algo que inmediatamente identifiqué como metálico fuera de la habitación. No tengo idea de cómo podría describir la sensación. Fue como si todo se volviera negro durante una 'millonésima' de segundo. Y un destello de color imperceptible (uno que nunca había visto y tú nunca verás) me indicaba que había algún peligro.
   Tiré a mi hermano al piso y corrí afuera. 
   No había nada. Ni siquiera terminé de comprender por qué había reaccionado de tal manera, tan bruscamente. 
   Ahora mismo sigo preguntándomelo. 
   En fin, estoy alargándome demasiado y se me acaba el tiempo.
   Años más tarde, mientras caminaba por una calle cuyo nombre no recuerdo, ocurrió el suceso más irónico de mi vida: Me tropecé... con una cáscara de banana. UNA MALDITA CÁSCARA DE BANANA. Pero eso no es lo mejor. Por supuesto que no. Lo más maravilloso fue cuando la gente alrededor mío dejó repentinamente de reír, cuando, antes de perder totalmente el equilibrio, atraje con tan sólo mi mente una silla metálica que se encontraba en la cuadra de enfrente...

   



miércoles, 24 de mayo de 2017

trabajos de 3ro 3ra

Los estudiantes de 3ro 3ra estuvieron trabajando con la profesora Natalia Colombo la lectura de "El guardagujas" de Juan José Arreola. En consecuencia, aquí los felices resultados de dos de sus alumnas:

Texto de Evelyn Cisneros:



Cuando subió al tren el forastero se encontró con un amplio vagón lleno de pasajeros un tanto extraños que hablaban en diferentes idiomas, algunos tan raros que no imaginaba su origen.
Visualizó a una mujer que vestía un traje violeta con unas flores celestes, y enmarcaba su cabeza un enorme sombrero con plumas.
Recorrió el largo vagón hasta que en un pequeño rincón encontró un sitio en el cual se sentó. Giró su cabeza hacia la izquierda y contempló a través de la ventanilla un hermoso paisaje con ríos y cascadas. Instantáneamente surgió en su cabeza una de las frases que le había dicho el viejecillo y dudó de lo que observaba.
Estuvo esperando muchas horas el tren y el cansancio era abrumador, cerró sus ojos y dejó que el tren decidiera su destino.

Texto de Camila Saavedra




El forastero se despidió del guardagujas cuando el tren llegó al andén. Abordó el vagón, observó a todos a su alrededor y luego fue a sentarse al lado de una ventanilla, no sabía dónde terminaría su destino.
El hombre empezó a hablar con su compañero de asiento, luego de unas horas él recuerda todo lo que le había dicho el guardagujas, que no debía seguir los consejos de los pasajeros ni fiarse de los trucos del tren porque podía desviarse de su destino. Se dio cuenta de que todos los pasajeros eran demasiado raros, muy blancos casi como fantasmas y muy callados, parecía como si no hubieran comido nada por meses. En realidad, parecían blancos por la luz del sol, por alguna razón el tren se acercaba cada vez más al sol, todos iban al cielo.





El cuento de Arreola, tomado de http://ciudadseva.com/texto/el-guardagujas/





El guardagujas

[Cuento - Texto completo.]
Juan José Arreola




El forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera miró los rieles que se perdían en el horizonte. Desalentado y pensativo consultó su reloj: la hora justa en que el tren debía partir.
Alguien, salido de quién sabe dónde, le dio una palmada muy suave. Al volverse el forastero se halló ante un viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero. Llevaba en la mano una linterna roja, pero tan pequeña, que parecía de juguete. Miró sonriendo al viajero, que le preguntó con ansiedad:
-Usted perdone, ¿ha salido ya el tren?
-¿Lleva usted poco tiempo en este país?
-Necesito salir inmediatamente. Debo hallarme en T. mañana mismo.
-Se ve que usted ignora las cosas por completo. Lo que debe hacer ahora mismo es buscar alojamiento en la fonda para viajeros -y señaló un extraño edificio ceniciento que más bien parecía un presidio.
-Pero yo no quiero alojarme, sino salir en el tren.
-Alquile usted un cuarto inmediatamente, si es que lo hay. En caso de que pueda conseguirlo, contrátelo por mes, le resultará más barato y recibirá mejor atención.
-¿Está usted loco? Yo debo llegar a T. mañana mismo.
-Francamente, debería abandonarlo a su suerte. Sin embargo, le daré unos informes.
-Por favor…
-Este país es famoso por sus ferrocarriles, como usted sabe. Hasta ahora no ha sido posible organizarlos debidamente, pero se han hecho grandes cosas en lo que se refiere a la publicación de itinerarios y a la expedición de boletos. Las guías ferroviarias abarcan y enlazan todas las poblaciones de la nación; se expenden boletos hasta para las aldeas más pequeñas y remotas. Falta solamente que los convoyes cumplan las indicaciones contenidas en las guías y que pasen efectivamente por las estaciones. Los habitantes del país así lo esperan; mientras tanto, aceptan las irregularidades del servicio y su patriotismo les impide cualquier manifestación de desagrado.
-Pero, ¿hay un tren que pasa por esta ciudad?
-Afirmarlo equivaldría a cometer una inexactitud. Como usted puede darse cuenta, los rieles existen, aunque un tanto averiados. En algunas poblaciones están sencillamente indicados en el suelo mediante dos rayas. Dadas las condiciones actuales, ningún tren tiene la obligación de pasar por aquí, pero nada impide que eso pueda suceder. Yo he visto pasar muchos trenes en mi vida y conocí algunos viajeros que pudieron abordarlos. Si usted espera convenientemente, tal vez yo mismo tenga el honor de ayudarle a subir a un hermoso y confortable vagón.
-¿Me llevará ese tren a T.?
-¿Y por qué se empeña usted en que ha de ser precisamente a T.? Debería darse por satisfecho si pudiera abordarlo. Una vez en el tren, su vida tomará efectivamente un rumbo. ¿Qué importa si ese rumbo no es el de T.?
-Es que yo tengo un boleto en regla para ir a T. Lógicamente, debo ser conducido a ese lugar, ¿no es así?
-Cualquiera diría que usted tiene razón. En la fonda para viajeros podrá usted hablar con personas que han tomado sus precauciones, adquiriendo grandes cantidades de boletos. Por regla general, las gentes previsoras compran pasajes para todos los puntos del país. Hay quien ha gastado en boletos una verdadera fortuna…
-Yo creí que para ir a T. me bastaba un boleto. Mírelo usted…
-El próximo tramo de los ferrocarriles nacionales va a ser construido con el dinero de una sola persona que acaba de gastar su inmenso capital en pasajes de ida y vuelta para un trayecto ferroviario, cuyos planos, que incluyen extensos túneles y puentes, ni siquiera han sido aprobados por los ingenieros de la empresa.
-Pero el tren que pasa por T., ¿ya se encuentra en servicio?
-Y no sólo ése. En realidad, hay muchísimos trenes en la nación, y los viajeros pueden utilizarlos con relativa frecuencia, pero tomando en cuenta que no se trata de un servicio formal y definitivo. En otras palabras, al subir a un tren, nadie espera ser conducido al sitio que desea.
-¿Cómo es eso?
-En su afán de servir a los ciudadanos, la empresa debe recurrir a ciertas medidas desesperadas. Hace circular trenes por lugares intransitables. Esos convoyes expedicionarios emplean a veces varios años en su trayecto, y la vida de los viajeros sufre algunas transformaciones importantes. Los fallecimientos no son raros en tales casos, pero la empresa, que todo lo ha previsto, añade a esos trenes un vagón capilla ardiente y un vagón cementerio. Es motivo de orgullo para los conductores depositar el cadáver de un viajero lujosamente embalsamado en los andenes de la estación que prescribe su boleto. En ocasiones, estos trenes forzados recorren trayectos en que falta uno de los rieles. Todo un lado de los vagones se estremece lamentablemente con los golpes que dan las ruedas sobre los durmientes. Los viajeros de primera -es otra de las previsiones de la empresa- se colocan del lado en que hay riel. Los de segunda padecen los golpes con resignación. Pero hay otros tramos en que faltan ambos rieles, allí los viajeros sufren por igual, hasta que el tren queda totalmente destruido.
-¡Santo Dios!
-Mire usted: la aldea de F. surgió a causa de uno de esos accidentes. El tren fue a dar en un terreno impracticable. Lijadas por la arena, las ruedas se gastaron hasta los ejes. Los viajeros pasaron tanto tiempo, que de las obligadas conversaciones triviales surgieron amistades estrechas. Algunas de esas amistades se transformaron pronto en idilios, y el resultado ha sido F., una aldea progresista llena de niños traviesos que juegan con los vestigios enmohecidos del tren.
-¡Dios mío, yo no estoy hecho para tales aventuras!
-Necesita usted ir templando su ánimo; tal vez llegue usted a convertirse en héroe. No crea que faltan ocasiones para que los viajeros demuestren su valor y sus capacidades de sacrificio. Recientemente, doscientos pasajeros anónimos escribieron una de las páginas más gloriosas en nuestros anales ferroviarios. Sucede que en un viaje de prueba, el maquinista advirtió a tiempo una grave omisión de los constructores de la línea. En la ruta faltaba el puente que debía salvar un abismo. Pues bien, el maquinista, en vez de poner marcha atrás, arengó a los pasajeros y obtuvo de ellos el esfuerzo necesario para seguir adelante. Bajo su enérgica dirección, el tren fue desarmado pieza por pieza y conducido en hombros al otro lado del abismo, que todavía reservaba la sorpresa de contener en su fondo un río caudaloso. El resultado de la hazaña fue tan satisfactorio que la empresa renunció definitivamente a la construcción del puente, conformándose con hacer un atractivo descuento en las tarifas de los pasajeros que se atreven a afrontar esa molestia suplementaria.
-¡Pero yo debo llegar a T. mañana mismo!
-¡Muy bien! Me gusta que no abandone usted su proyecto. Se ve que es usted un hombre de convicciones. Alójese por lo pronto en la fonda y tome el primer tren que pase. Trate de hacerlo cuando menos; mil personas estarán para impedírselo. Al llegar un convoy, los viajeros, irritados por una espera demasiado larga, salen de la fonda en tumulto para invadir ruidosamente la estación. Muchas veces provocan accidentes con su increíble falta de cortesía y de prudencia. En vez de subir ordenadamente se dedican a aplastarse unos a otros; por lo menos, se impiden para siempre el abordaje, y el tren se va dejándolos amotinados en los andenes de la estación. Los viajeros, agotados y furiosos, maldicen su falta de educación, y pasan mucho tiempo insultándose y dándose de golpes.
-¿Y la policía no interviene?
-Se ha intentado organizar un cuerpo de policía en cada estación, pero la imprevisible llegada de los trenes hacía tal servicio inútil y sumamente costoso. Además, los miembros de ese cuerpo demostraron muy pronto su venalidad, dedicándose a proteger la salida exclusiva de pasajeros adinerados que les daban a cambio de esa ayuda todo lo que llevaban encima. Se resolvió entonces el establecimiento de un tipo especial de escuelas, donde los futuros viajeros reciben lecciones de urbanidad y un entrenamiento adecuado. Allí se les enseña la manera correcta de abordar un convoy, aunque esté en movimiento y a gran velocidad. También se les proporciona una especie de armadura para evitar que los demás pasajeros les rompan las costillas.
-Pero una vez en el tren, ¡está uno a cubierto de nuevas contingencias?
-Relativamente. Sólo le recomiendo que se fije muy bien en las estaciones. Podría darse el caso de que creyera haber llegado a T., y sólo fuese una ilusión. Para regular la vida a bordo de los vagones demasiado repletos, la empresa se ve obligada a echar mano de ciertos expedientes. Hay estaciones que son pura apariencia: han sido construidas en plena selva y llevan el nombre de alguna ciudad importante. Pero basta poner un poco de atención para descubrir el engaño. Son como las decoraciones del teatro, y las personas que figuran en ellas están llenas de aserrín. Esos muñecos revelan fácilmente los estragos de la intemperie, pero son a veces una perfecta imagen de la realidad: llevan en el rostro las señales de un cansancio infinito.
-Por fortuna, T. no se halla muy lejos de aquí.
-Pero carecemos por el momento de trenes directos. Sin embargo, no debe excluirse la posibilidad de que usted llegue mañana mismo, tal como desea. La organización de los ferrocarriles, aunque deficiente, no excluye la posibilidad de un viaje sin escalas. Vea usted, hay personas que ni siquiera se han dado cuenta de lo que pasa. Compran un boleto para ir a T. Viene un tren, suben, y al día siguiente oyen que el conductor anuncia: “Hemos llegado a T.”. Sin tomar precaución alguna, los viajeros descienden y se hallan efectivamente en T.
-¿Podría yo hacer alguna cosa para facilitar ese resultado?
-Claro que puede usted. Lo que no se sabe es si le servirá de algo. Inténtelo de todas maneras. Suba usted al tren con la idea fija de que va a llegar a T. No trate a ninguno de los pasajeros. Podrán desilusionarlo con sus historias de viaje, y hasta denunciarlo a las autoridades.
-¿Qué está usted diciendo?
En virtud del estado actual de las cosas los trenes viajan llenos de espías. Estos espías, voluntarios en su mayor parte, dedican su vida a fomentar el espíritu constructivo de la empresa. A veces uno no sabe lo que dice y habla sólo por hablar. Pero ellos se dan cuenta en seguida de todos los sentidos que puede tener una frase, por sencilla que sea. Del comentario más inocente saben sacar una opinión culpable. Si usted llegara a cometer la menor imprudencia, sería aprehendido sin más, pasaría el resto de su vida en un vagón cárcel o le obligarían a descender en una falsa estación perdida en la selva. Viaje usted lleno de fe, consuma la menor cantidad posible de alimentos y no ponga los pies en el andén antes de que vea en T. alguna cara conocida.
-Pero yo no conozco en T. a ninguna persona.
-En ese caso redoble usted sus precauciones. Tendrá, se lo aseguro, muchas tentaciones en el camino. Si mira usted por las ventanillas, está expuesto a caer en la trampa de un espejismo. Las ventanillas están provistas de ingeniosos dispositivos que crean toda clase de ilusiones en el ánimo de los pasajeros. No hace falta ser débil para caer en ellas. Ciertos aparatos, operados desde la locomotora, hacen creer, por el ruido y los movimientos, que el tren está en marcha. Sin embargo, el tren permanece detenido semanas enteras, mientras los viajeros ven pasar cautivadores paisajes a través de los cristales.
-¿Y eso qué objeto tiene?
-Todo esto lo hace la empresa con el sano propósito de disminuir la ansiedad de los viajeros y de anular en todo lo posible las sensaciones de traslado. Se aspira a que un día se entreguen plenamente al azar, en manos de una empresa omnipotente, y que ya no les importe saber adónde van ni de dónde vienen.
-Y usted, ¿ha viajado mucho en los trenes?
-Yo, señor, solo soy guardagujas1. A decir verdad, soy un guardagujas jubilado, y sólo aparezco aquí de vez en cuando para recordar los buenos tiempos. No he viajado nunca, ni tengo ganas de hacerlo. Pero los viajeros me cuentan historias. Sé que los trenes han creado muchas poblaciones además de la aldea de F., cuyo origen le he referido. Ocurre a veces que los tripulantes de un tren reciben órdenes misteriosas. Invitan a los pasajeros a que desciendan de los vagones, generalmente con el pretexto de que admiren las bellezas de un determinado lugar. Se les habla de grutas, de cataratas o de ruinas célebres: “Quince minutos para que admiren ustedes la gruta tal o cual”, dice amablemente el conductor. Una vez que los viajeros se hallan a cierta distancia, el tren escapa a todo vapor.
-¿Y los viajeros?
Vagan desconcertados de un sitio a otro durante algún tiempo, pero acaban por congregarse y se establecen en colonia. Estas paradas intempestivas se hacen en lugares adecuados, muy lejos de toda civilización y con riquezas naturales suficientes. Allí se abandonan lores selectos, de gente joven, y sobre todo con mujeres abundantes. ¿No le gustaría a usted pasar sus últimos días en un pintoresco lugar desconocido, en compañía de una muchachita?
El viejecillo sonriente hizo un guiño y se quedó mirando al viajero, lleno de bondad y de picardía. En ese momento se oyó un silbido lejano. El guardagujas dio un brinco, y se puso a hacer señales ridículas y desordenadas con su linterna.
-¿Es el tren? -preguntó el forastero.
El anciano echó a correr por la vía, desaforadamente. Cuando estuvo a cierta distancia, se volvió para gritar:
-¡Tiene usted suerte! Mañana llegará a su famosa estación. ¿Cómo dice que se llama?
-¡X! -contestó el viajero.
En ese momento el viejecillo se disolvió en la clara mañana. Pero el punto rojo de la linterna siguió corriendo y saltando entre los rieles, imprudente, al encuentro del tren.
Al fondo del paisaje, la locomotora se acercaba como un ruidoso advenimiento.
FIN

1. Guardagujas: Empleado encargado del manejo de las agujas de una vía férrea.

viernes, 12 de mayo de 2017

trabajos de 1ro 2da y 1ro 8va


En 1ro 2da y 1ro 8va, los estudiantes estuvieron trabajando leyendas y mitos urbanos y escribiendo al respecto textos recorridos por la transformación. Hombres devenidos animal son el eje de los siguientes relatos escritos de la mano de la profesora Natalia Colombo.

Texto de Gianni Inzillo

   Nelson Vivas es el entrenador del equipo argentino Estudiantes de la Plata. Un día el equipo debía jugar por la vigésima tercera fecha del campeonato contra el Club Boca Jr. El partido comienza en condiciones óptimas y tranquilas por parte de Vivas hasta que llega una jugada en la que se lanza un centro al corazón del área para que algún jugador logre cabecear y marcar gol, pero el atento arquero Rossi sale a achicar con los puños, se lo lleva puesto a Cavallero, quien cabecearía dicha pelota. Cuando Rossi lo golpea a Cavallero, el jugador queda tendido en el suelo y todo Estudiantes reclama penalty. El juez del partido dice que no fue penal. Es ahí cuando el banco de suplentes estalla protestando y Nelson Vivas, por protestar más que todos, es expulsado. Se vuelve loco, tan loco que se arranca la camisa como si fuera Hulk. En ese momento se transforma como si fuera una criatura de la sobrenaturaleza. Podría describirse como un hombre-monstruo-. El hombre-monstruo persigue a Truco, el réferi, mientras le lanza cosas. La gente empieza a huir del estadio. Aparecen helicópteros de la policía disparándole proyectiles. Finalmente, el hombre-monstruo cae transformado de nuevo en una persona. Nelson Vivas habría vuelto, pero le habían dejado varias cicatrices en el cuerpo.-



'El hombre búho' por Franco Peralta




   Desde tiempo antiguos, en las alturas de Venezuela, cuanta la leyenda sobre un personaje misterioso
que vive entre las montañas. 
   Cuentan que el hijo de un cacique recibió una maldición al nacer por parte del brujo de la tribu, a causa de la desobediencia de su padre: quien no debió haberse enamorado de la hija del brujo. 
   La maldición comenzó cuando el niño tenía 12 años de edad, su cuerpo no era como debía ser, en vez de pelos le salían plumas. Por esto otros niños lo molestaban.
  Se volvió vengativo a causa del odio. Por las noches los molestaba observándolos desde la oscuridad.
   Esto trajo problemas a la tribu. Por amor y por su seguridad, su papá lo llevó a vivir a las montañas. Allí creció solitario. Desde entonces vuela todas las noches sobre la tribu para visitar a su familia. Los demás no lo reconocen porque ya estaba completamente transformado.- 

Texto de Rodrigo Guaymas

   En Mar del Plata, cerca de as costas, vivía un hombre llamado Chas. Todos los días desde las entre las 8 y las 10 PM se sentaba sobre una roca de la costa. Chas hacía esto para relajarse, decía que esa roca lo tranquilizaba.
   La gente de los alrededores quiso comprobar si la roca, en verdad, relajaba. Se sorprendieron al descubrir que Chas tenía razón. Pronto la roca se hizo famosa y todo el tiempo había alguien sentado sobre ella. 
   Chas estaba muy estresado por no poder sentarse en su roca. Entonces creó una máquina para calentarla. Poco tiempo después la roca dejó de ser famosa y Chas volvió a hacer su ritual de relajación apagando la máquina.
   Un día, mientras Chas estaba sentado, una ola gigante golpeó la costa y Chas murió.
   En realidad, lo que pasó fue que Chas se convirtió en roca. Él calentaba toda la costa para que nadie pudiese acercarse. Los ciudadanos apodaron a ese sitio 'roca del chasqueador'.
   Los lugareños, cansados de no poder acercarse a las costas, se pusieron un traje ignífugo y tiraron la roca al mar. Entonces la paz volvió a esa costa marplatense.-
   


viernes, 5 de mayo de 2017

trabajos de 2do 8va

Luego de leer y analizar colectivamente el cuento 'Treinta horas de agonía en la nieve' de Asencio Abeijón, uno de nuestros trabajos de escritura consistió en escribir la biografía de su protagonista, don Carlos. 


A continuación el texto de Xiomara Acosta:

Carlos nació en Argentina, en la provincia de Tierra del Fuego. Su padre tenía un trabajo que lo mandaba a distintos países, su madre era ama de casa. Vivió en Argentina los primeros cuatro años de vida, luego se mudó a España. Desde pequeño fue muy curioso, le gustaba la Naturaleza, salir a explorar cada lugar al que iba. A los nueve años se mudó a Italia, aprendió a hablar italiano, lo cual no le fue muy difícil. Ahí terminó la primaria, hizo muchos amigos de quienes no se pudo olvidar, siempre estuvieron con él, ayudándolo. Cuando la primaria acabó fue hora de mudarse a Estados Unidos. Tuvo que adecuarse de nuevo a un lugar. Los años pasaron, terminó la secundaria, decidió que quería terminar la universidad en ese país. Estudió arquitectura que era lo que le gustaba. Se graduó. 
Lo que Carlos quería era trabajar en Estados Unidos, ahorrar dinero para volver al país donde había nacido y quedarse a vivir ahí. Trabajó por unos años para eso y luego volvió a la Patagonia argentina para quedarse definitivamente. Compró su casa y todo lo que quería. 
Un día salió a buscar leña y se perdió. En ese momento empezó a nevar fuerte. Pasó horas en la nieve y cuando lo encontraron a los dos días siguientes murió.-

3ro 5ta. trabajos prácticos. segundo trimestre

TRABAJO PRÁCTICO N° 11: 'La hormiga' de Marco Denevi, 'La rana que quería ser una rana auténtica' de Augusto Monterroso y &...